En el mundo empresarial, entender el precio de financiarse es crucial para tomar decisiones estratégicas sólidas. El WACC aglutina cuánto le cuesta a una compañía obtener recursos, ya sea mediante deuda o capital propio.
Este indicador no solo sirve como referencia de coste, sino como una tasa mínima de rentabilidad que cualquier proyecto debe superar para generar valor y evitar la destrucción de riqueza dentro de la organización.
El Costo Promedio Ponderado de Capital (WACC) es la rentabilidad mínima que la empresa debe ofrecer para compensar a todos los proveedores de capital por el riesgo asumido.
Representa el costo promedio de cada euro invertido, considerando tanto la deuda financiera como los fondos propios. No se trata de un coste contable, sino de un coste de oportunidad fijado por el mercado.
Si el WACC de una empresa es 8 %, cualquier inversión con retorno esperado superior a ese porcentaje creará valor, mientras que proyectos por debajo de ese umbral lo destruirán.
La fórmula estándar del WACC se expresa como:
Y la ecuación en términos porcentuales es:
WACC = (E/(D+E)) × Kₑ + (D/(D+E)) × K₆ × (1 – T)
Es fundamental usar valores de mercado y no contables para obtener una estimación realista del coste de capital.
La corrección de la deuda por (1 – T) refleja el beneficio fiscal que generan los intereses como gasto deducible, conocido como “escudo fiscal”.
Detalle de cada componente:
Coste de la deuda (K₆): se obtiene de los tipos de interés de préstamos bancarios y rendimientos exigidos en bonos corporativos. Es necesario ajustar por el riesgo de crédito mediante spreads sobre el tipo libre de riesgo y considerar la distinción entre deuda a corto y largo plazo.
Coste del capital propio (Kₑ): normalmente se estima con el modelo CAPM:
Kₑ = r_f + β × (r_m – r_f), donde r_f es la tasa libre de riesgo, (r_m – r_f) la prima de riesgo de mercado y β la sensibilidad de la acción al mercado.
En ausencia de datos de mercado, se pueden usar comparables de empresas similares o rangos de retornos exigidos (por ejemplo, 10–20 % en pymes).
Pesos de las fuentes de financiación: se suelen expresar como E/(D+E) y D/(D+E). Cuando no hay mercado activo, se pueden justificar pesos “objetivo” basados en la estructura de capital deseada.
Tipo impositivo (T): conviene usar el tipo efectivo, que refleja deducciones, créditos fiscales y el impacto de cambios regulatorios.
Para ilustrar, consideremos un ejemplo simple con cifras redondas:
Empresa A:
Pesos:
D/(D+E) = 40/(40+60) = 0,40.
E/(D+E) = 60/(40+60) = 0,60.
Cálculo:
Parte equity: 0,60 × 10 % = 6,0 %.
Parte deuda: 0,40 × 5 % × (1 – 0,30) = 1,4 %.
WACC ≈ 7,4 %. En este escenario, toda inversión con retornos superiores a 7,4 % generará valor.
Si la empresa abusa de la deuda, reduce su coste tras impuestos, pero incrementa el riesgo financiero y puede sufrir peor rating crediticio.
En un análisis comparativo:
• Empresas tecnológicas en expansión suelen tener mayor Kₑ (15–20 %) y bajo endeudamiento, resultando en WACC elevados (10–15 %).
• Utilities o infraestructuras, con flujos estables y β baja, utilizan más deuda barata y alcanzan WACC bajos (5–7 %).
El WACC funciona como una tarifa que el mercado cobra a la empresa por prestar dinero o por aportar capital. Cuanto mayor es el riesgo, más elevado será ese precio.
Al igual que un cliente con buen historial crediticio obtiene mejores condiciones en su hipoteca, una empresa con finanzas sanas paga menos por su capital.
El WACC es la tasa de descuento por excelencia en modelos de valoración por flujos de caja descontados (DCF). Proyectos y empresas se valoran descontando sus flujos futuros al WACC, obteniendo el valor presente neto y determinando si crean o destruyen valor.
En fusiones y adquisiciones, el WACC propio de la compañía adquiriente sirve para estimar el precio máximo a pagar sin erosionar la rentabilidad de los accionistas.
En el análisis de inversiones internas, el WACC se utiliza como referencia para comparar múltiples iniciativas, priorizando aquellas cuya TIR supere el WACC y descartando las que no.
Comprender el WACC permite optimizar la estructura de capital y reducir el costo medio de los fondos. Para ello, se aconseja:
De esta manera, las empresas podrán ajustar su WACC, rebajar su precio de financiamiento y potenciar su capacidad de crecimiento sostenible.
Referencias